ALBERTO MARTÍN
Ya ha pasado otro verano más en los que hemos sido avasallados por anuncios de alarmas, constantemente en la televisión como en la radio no paran de aparecer esta clase de anuncios alertándonos sobre la amenaza de las ocupaciones, hasta el punto de acabar provocando un miedo irracional entre la población que no se corresponde para nada con la realidad. El juez Diego Álvarez de Juan, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Reus (Tarragona), se encargó de desmentir esta alarma social en programas como Espejo Público y Cuatro al día, alegó que no hay razones para estar preocupados al tratarse de un fenómeno prácticamente residual en los juzgados, en diez años solo se encontró con un caso de una persona que había sufrido una ocupación. Para él este delito, que es el de allanamiento de morada, condena al fracaso a los delincuentes que lo llevan a cabo, porque no tienen ninguna opción de que se puedan librar, ya que están vulnerando gravemente el derecho de la propiedad privada de la residencia de sus legítimos dueños y en cuanto estos vayan les van a pillar, llamarán a la policía y se procederá al desalojo inmediato de los ocupas. La condena va a ser de prisión y variará en función de si ha habido fuerza o intimidación por parte de los ocupas. El delito de allanamiento abarca también a las segundas residencias, aunque en nuestros medios comunicación se tiendan a olvidar de ello, y por lo tanto están igualmente protegidas que las de las primeras residencias.
Los fenómenos más habituales no son los de allanamiento de morada, sino las ocupaciones de viviendas vacías que son propiedad predominantemente de bancos, y se tipifican en el código penal como delitos leves de usurpación. La pena es evidentemente más baja, siendo una multa, ya que la vivienda no constituye la morada de nadie y por tanto no pudiendo condenarse de la misma manera. Es importante saber diferenciar adecuadamente los conceptos jurídicos porque si no damos paso a que nos puedan engañar con bulos alimentados por la extrema derecha, como fue el caso de la joven cuidadora marroquí acusada de ser una “okupa” cuando en realidad resultaba ser la inquilina del domicilio
El verdadero drama no está en las ocupaciones, sino en los desahucios. Más de 11.000 desahucios se produjeron durante el primer trimestre de este año, es decir se producen 123 desahucios al día, esto es cinco por hora, todo ello pese a la moratoria concedida por el Gobierno, según datos del Consejo General del Poder Judicial. Por desgracia de esto no se habla tanto, nuestros medios de comunicación están más preocupados por difundir el bulo de las ocupaciones, alimentado por la extrema derecha y las empresas de alarmas, que, por un problema de verdad, como es el difícil acceso a la vivienda. ¿Creemos de verdad que la gran parte de los medios de comunicación, no todos para ser justos, se preocupan de los problemas reales de la gente? o por el contrario ¿tienden a difundir el mensaje de quien les paga?, como diría Rafael Correa, expresidente de Ecuador, “desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta”.