LAS DELACIONES DURANTE EL FRANQUISMO

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JOSE LUIS DE LA MATA

Como toda dictadura que se precie la franquista persiguió cualquier tipo de disidencia, viniera de donde viniera. Al igual que en los tiempos inquisitoriales cualquiera podía denunciar a quien quisiera de desafección al régimen, entiéndase por desafección cualquier tipo de crítica por banal que esta pudiera ser. Y es lo que les ocurrió en Aranjuez, junto a otros amigos y compañeros, a las personas que encabezan este artículo, el director de cine Florián Rey y el actor Miguel Ligero.

Decir que Florián Rey fue el director de cine más importante en España en los años 20 y 30 del siglo XX, dirigió cintas tan conocidas como La hermana San Sulpicio o Morena Clara. Miguel Ligero participó en varios de los éxitos de Florián Rey, como los ya citados de La hermana San Sulpicio y Morena Clara, y también en Nobleza baturra o Suspiros de España.

Vayamos a los hechos. Se encontraban a finales de abril de 1945 nuestros protagonistas en Aranjuez rodando la película La Luna vale un millón. El contexto de ese momento era la inminente caída de la Alemania nazi y el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Por tanto, podemos imaginar las incertidumbres que eso podía generar en un país como España, cuyo régimen era de la familia ideológica de los derrotados nazis alemanes y fascistas italianos y había colaborado activamente con las potencias del Eje, en este ambiente era inevitable que la situación apareciera en las conversaciones.

Así llegamos al 28 de abril de 1945 cuando Florián Rey y Miguel Ligero, junto a varios amigos y personal del rodaje de la película se encontraban cenando en el hotel Pastor de nuestra localidad. A la cena se les unió Luis Infiesta Rojas, empresario que explotaba el cine Gran Teatro (actual Teatro Real Carlos III). Durante la cena se comentó el estado de las cosas en Europa y, según la posterior denuncia, se oyeron comentarios como:

“nuestro ejército era una birria” … Norteamérica “cuando han visto la patria en peligro han acudido todos como un solo hombre, incluso el artista cinematográfico Clark Gable, mientras que (en) el nuestro, los militares de carrera, que para eso cobran, son los primeros en ‘enchufarse’ y en cambio envían al frente a cuatro desgraciados”.

Y también parece ser que se dijeron cosas del tipo:

“Rusia había dado ocho millones de hombres en la actual contienda y, por lo tanto, tenía derecho a formular exigencias, una de las cuales probablemente sería pedir cuentas a España por haber enviado la División Azul a combatir contra ella y que ya veríamos a ver cómo respondían las madres españolas por haber consentido que sus hijos fueran a luchar contra Rusia”.

Lo que ignoraban los cineastas es que el tal Luis Infiesta era un falangista tratando de hacer méritos para borrar su colaboración con el servicio de propaganda de la República durante la Guerra Civil, además de un actor frustrado que había trabajado con el propio Florián Rey con más pena que gloria.

El empresario se dirigió al cuartel de la Guardia Civil donde denunció a todos los comensales del hotel Pastor por opiniones derrotistas y de desafección al régimen. La maquinaria judicial se puso en marcha, y el capitán de la Guardia Civil local, Luis Castro Samaniego, cursó la denuncia al jefe superior de policía de Madrid. El capitán Luis Castro también era un hombre de pocos miramientos, famoso en la provincia de Córdoba por haber creado un escuadrón de “policía y limpieza” durante la guerra conocido como “Escuadrón de la Muerte”.

Como al tal Luis Infiesta todo esto de la burocracia le parecía demasiado lento urdió un plan junto a otro falangista local, Cecilio López Agudo. El plan consistía en tratar que los denunciados volvieran a expresarse en los mismos términos delante de testigos para a continuación darles una paliza y tirarlos al Tajo. Posteriormente cuando fue llamado a declarar Cecilio se desdijo de todo esto. ¿Por qué no se ejecutó este macarra linchamiento? Pues tuvo que intervenir un ministro, el ministro de Obras Públicas, Alfonso Peña Boeuf, que estaba de visita en Aranjuez. Informado por el propio Infiesta, al parecer eran amigos, de sus planes, el ministro, con algún dedo más de frente, le prohibió ejecutar tal plan y que dejara actuar a la Guardia Civil.

El 3 de mayo de 1945 todos los denunciados fueron detenidos y conducidos a prestar declaración y a enfrentarse a un proceso militar. Por supuesto los detenidos se desdijeron de todo, que ellos jamás habían proferido tales declaraciones, lo normal en estos casos.

Para salir de aquella esperpéntica situación los detenidos tiraron de sus amigos, no olvidemos que se trataba de gente muy bien posicionada socialmente en aquel momento, y para dar fe de la excelente conducta moral de los detenidos pasaron a declarar gente tan conocida como el escritor Victor de la Serna, los compositores Jacinto Guerrero y Moreno Torroba, la actriz Imperio Argentina, e incluso militares.

Como la causa era un despropósito desde el principio y los denunciados, efectivamente no solo no eran desafectos sino claramente simpatizantes del régimen, fueron puestos en libertad condicional los días 21 y 22 de mayo de 1945, es decir, habían estado detenidos casi 20 días por comentarios de bar. La absolución definitiva les llegaría el 1 de septiembre.

Este fue el periplo que pasaron una serie de personas bien relacionadas y poco sospechosas de ideas de izquierda, más bien al contrario. Así que no será difícil imaginar que es lo que ocurría cuando el denunciado era alguien de estrato social más bajo y de ideas y militancia de izquierdas. Y es que el régimen franquista no escatimó en nada a la hora de la represión, así uno de los protagonistas de esta rocambolesca historia, el capitán Luis Castro, tenía organizada una red de chivatos por bares, tabernas y hoteles de los pueblos de su jurisdicción a fin de detener a cualquiera que osase proferir cualquier tipo de crítica a la dictadura. Y es que la libertad de expresión es sin duda lo que más claramente diferencia un estado de libertad de uno gris, chusco y criminal como la España de Franco.

Bibliografía y webgrafía

Carlos ILLANA y Juan Miguel CAMPANARIO (2018), “La justicia militar franquista contra el director de cine Florián Rey y el actor Miguel Ligero”. Hispania Nova, 16, págs. 293-328, DOI: https://doi.org/10.20318/hn.2018.4039

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografía de Miguel Ligero. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/ligero.htm el 19 de agosto de 2020.

Wikipedia. (n.d.). Florián Rey. Retrieved August 19, 2020, from https://es.wikipedia.org/wiki/Florián_Rey


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